Los Ángeles.

Los Ángeles, pertenecen a una cadena evolutiva diferente a la cadena humana.
El creador de nuestro universo los creó para que fueran seres intermedios entre los humanos y las esferas de vibración superior.
Por esa cualidad, ellos pueden estar cerca de nosotros y ayudarnos en nuestra vida cotidiana. No pueden intervenir por su cuenta ni cambiar lo que nuestro ser ha confeccionado o elegido vivir en este planeta. Sí pueden, con permiso del creador y cuando nosotros les pedimos ayuda, intervenir.
Dándonos consejos, enviando señales, poniendo personas en nuestro camino que nos ayuden inspirando nuestro pensamiento, potenciando nuestras virtudes y cualidades con su presencia y facilitándonos quitar todo aquello que como defecto o suciedad astral o densidad, nos aleja de nuestra propia perfección, con el objetivo de solventar aquellas pruebas o situaciones que van sucediendo en nuestro camino.

Ellos están iluminados y poseen virtudes y cualidades que expresan a través de la vibración de su color, o de la vibración de su sonido u olor. Fragancias de flores.

Podemos: invocarlos, llamarlos, si sabemos su nombre. Y si no lo supiésemos, podemos pedir un ángel que tenga la cualidad, conocimiento o virtud exacta que estamos necesitando.

Ellos disfrutan poder ayudarnos.
Se pueden: sentir, oler o canalizar.

En un momento en que tienes cerca a una persona con una agresividad densa, con ira, que daña con palabras, actos o pensamientos y contamina tu campo divino. Puedes llamar a uno de éstos cientos de ángeles de «transmutación», «armonía», «amor», «dulzura», para que transformen esa baja vibración en alguna que armonice contigo y no te dañe.
Hay que concentrarse en los colores, en los también llamados rayos manásicos que son mantenidos por ángeles y transportan cualidades muy elevadas.

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